El valor del Diálogo
Tu voz y mi voz
Una de las más sorprendentes facultades de los seres
humanos (y de nuestros parientes cercanos, los mamíferos) es la
posibilidad de comunicarse y darse a entender. Para ello contamos con
distintos recursos como nuestro idioma (lenguaje verbal), pero también con el
lenguaje no verbal (gestos y expresiones corporales). Estos recursos nos
permiten manifestar nuestras ideas, deseos e intenciones y conocer los de los
demás. Sin embargo, no siempre hacemos el mejor uso de ellos. Las
conversaciones pueden volverse superficiales y un poco tontas, como si fueran
puro ruido. No escuchamos con atención a los demás y a veces tememos decir lo
que sentimos. El valor del diálogo consiste en pensar con inteligencia y
cuidado lo que vamos a decir, en abordar temas importantes para nuestra vida,
escuchar atentamente a los otros y hacernos oír por los demás. Las metas más
importantes del diálogo son la paz, la concordia, la comprensión y la solución
de conflictos.
El extremo opuesto
La actitud
contraria al diálogo es la incomunicación. Ésta provoca una sensación de
aislamiento en las personas porque no pueden compartir con los demás lo que
sienten o necesitan. Por otra parte, impide que las gentes se conozcan tal y
como son, por lo que viven en una permanente soledad. La incomunicación impide
realizar proyectos comunes y resolver conflictos. En los casos más graves
genera tensiones que, con el tiempo, pueden tener serias consecuencias que van
desde el divorcio (cuando los miembros de una pareja no se comprenden), hasta
una guerra (cuando una nación no escucha las razones de otra).
Para la vida diaria
1. Usa el diálogo para solucionar dificultades de todos
los tamaños. Cuando tengas un problema o necesites tomar una decisión
primero piensa y después dialoga. Si tu problema es con otra persona invítala a
conversar y encuentra una base común sobre la que pueden ponerse de acuerdo. Si
tu dificultad es con respecto a una situación o conflicto individual solicita
la opinión de un amigo de confianza e intercambia ideas con él. Prefiere
siempre a los más inteligentes y mejor informados.
2. Usa el diálogo para elaborar propuestas creativas.
No sólo es un recurso para remediar problemas, sino también para iniciar
nuevas empresas. Trata de planear actividades en equipo, explícales a las
personas participantes tu propia visión y escucha la visión que tienen ellas.
Traten de conseguir planes o conclusiones con los que todos se sientan
satisfechos y representados.
3. Haz que la gente hable. Promueve el diálogo en los
espacios donde se desarrolla tu vida. El principal de ellos es el hogar.
Existen “familias silenciosas” en las que todos guardan para sí sus enojos,
ilusiones, planes o problemas; ello genera una peligrosa presión. Invita a tus
familiares a expresarse libremente como una práctica habitual. Fijen una cita
semanal para hacerlo.
¿Ya lo pensaste?
Una conversación común es espontánea
y no requiere mayores estrategias. Un diálogo formal que busca construir
soluciones tiene mayores requisitos. El profesor Pedro de los Ángeles plantea
estas reglas:
1) Fíjate en lo que quiere el otro. Distingue su
intención y evalúa su interés.
2) Deja hablar al otro. Escúchalo con atención, no lo
contradigas, reconoce sus verdades y hazle preguntas.
3) Pídele que te demuestre lo que está diciendo.
4) Hablen del tema preciso. No se distraigan tratando
otros asuntos.
5) Comparte estas reglas con la otra persona para que
las siga contigo.
6) Si llevan mucho tiempo dialogando y no llegan a un
acuerdo, esperen un poco e intenten de nuevo. Recuerda: no se valen groserías,
gritos o manotazos.
Para entender el diálogo
Los especialistas en zoología han descubierto que los
animales cuentan con formas especiales de comunicarse. Los prodigiosos delfines
emiten sonidos especiales que viajan por el agua y transmiten datos sobre su
ubicación y eventuales peligros. Sin embargo, ninguna especie cuenta con un
lenguaje tan amplio y desarrollado como el género humano que dispone de miles
de palabras y estructuras gramaticales para intercambiar información, expresar
estados de ánimo y crear poemas de sonido musical, entre muchas otras opciones.
La más elevada y valiosa de ellas es el diálogo: la conversación para construir
acuerdos, resolver conflictos y relatar experiencias. No importa qué problema
tengas, la comunicación con las personas adecuadas siempre te ayudará a
resolverlos. Nunca te quedes callado, pero recuerda que el diálogo también
tiene reglas: usar un tono correcto, respetar a la otra persona y pensar lo que
vas a decir. Aprende a escuchar a los demás, considera lo que dicen y admite
sus opiniones cuando te parezcan razonables. Si descubres que algo que
afirmaste es incorrecto, acéptalo con valor y humildad.
Un mensaje para los padres
Que los
hijos hablen
Los padres de hoy enfrentan diversas preocupaciones en
relación con sus hijos. Sin embargo, varios de los problemas que éstos sufren
les pasan inadvertidos por falta de comunicación. Entre ellos pueden
mencionarse asuntos tan serios como la adicción a drogas, la violencia escolar,
el abuso o trastornos de autoestima. La aproximación común en forma de
interrogatorio solemne suele ser improductiva. La mejor manera de detectar y
prevenir estos conflictos y fortalecer el vínculo familiar es una conversación
abierta y constante: permitir que los chicos hablen como una costumbre
cotidiana, oír con paciencia sus experiencias, temores e ilusiones y ofrecer
respuestas a sus preguntas. Hay que evitar el tono de juicio que sólo inhibe
sus expresiones y rompen la confianza.
Problemas reales, soluciones de valor
Alto a
los chismes
La palabra “chisme” es tan común en nuestra vida diaria
que ni siquiera nos fijamos en ella ni reconocemos su poder destructor. Un
chisme es una murmuración, la difusión de un rumor o noticia falsos que tienen
por objeto perjudicar a una persona y dañar su prestigio. En otro sentido,
buscan deteriorar las relaciones humanas provocando enfrentamientos y
divisiones que pueden tener consecuencias negativas. De esta manera, los
chismes representan el extremo contrario de un diálogo frontal, sincero y
abierto entre amigos y familiares. Por los grandes perjuicios que pueden
provocar hay que combatirlos de todas las formas posibles. Si una persona te
desagrada, simplemente evita hablar de ella. Si alguien se acerca a ti para
hablar mal de una tercera persona, no lo escuches. Si sabes que tú eres objeto
de un chisme, busca a las personas responsables y conversa con ellas para
quejarte de su acción.
Un mensaje para los maestros
Impulsar
la comunicación
Como docente usted es responsable de fomentar una de las
habilidades más importantes para el futuro de sus alumnos: la comunicación.
Independientemente de la materia o materias que usted imparta, haga del uso del
lenguaje un eje transversal del proceso educativo, mediante prácticas como el
debate, la oratoria, la conversación y los juegos de palabras. Tenga siempre
presente la dimensión escrita, pero enfatice especialmente la dimensión oral
pues ésta permitirá a los alumnos cobrar mayor seguridad en sí mismos, expresar
sus inquietudes a la familia y abrirse oportunidades profesionales. De ser
posible, de vez en vez las tareas y los exámenes deberán presentarse en forma
oral. Si en el aula algún chico tartamudea, tiene problemas de dicción o
dislexia, hable con su familia y refiéralos con un terapeuta del lenguaje.
Un cuento para reflexionar:
Tigre negro, venado blanco
Un fabuloso tigre negro que habitaba la selva del Amazonas
estaba cansado de dormir a la intemperie. Pensaba casarse muy pronto y, para
casarse, hay que tener una casa. Por eso decidió construir una choza con todas
las comodidades, a la orilla de un río. Pero no era el único que planeaba
construir en ese lugar… Un delicado venado blanco tenía idénticos propósitos,
ignorante de que por allí andaba una de sus mayores amenazas.
Una mañana, antes de que saliera el sol, el venado comenzó a
preparar el terreno para construir y salió de paseo. En ese momento llegó el
tigre, quien se sorprendió al ver que la superficie estaba lista y despejada
para fincar. “Con seguridad Tulpa, el misterioso dios de la selva, ha venido a
ayudarme”, pensó, y comenzó a trabajar con unos troncos que ya estaban
cortados. Horas después, ya exhausto, se alejó de allí para descansar.
Al amanecer siguiente llegó de nuevo el venado y al hallar tan
avanzada la obra también creyó que el enigmático Tulpa le había prestado ayuda.
Le puso techo a la choza, la separó en dos habitaciones, y se puso a vivir en
una de ellas. Por su parte, el tigre negro llegó más tarde y al ver la choza
terminada, se instaló en la habitación situada junto al dormitorio del venado. Así
transcurrió la noche. Ambos despertaron con sed y, al dirigirse al río para
beber, se encontraron frente a frente y comprendieron lo que había ocurrido.
“Bueno”, dijo el venado, “esto ocurrió porque Tulpa quiere que
vivamos juntos, ¡qué raro! ¿verdad? Y como todavía somos solteros podemos
compartir esta choza ¿qué te parece?”. El tigre respondió: “Está bueno. Podemos
dividirnos las tareas. Hoy a mí me toca ir por la comida.” El tigre salió de
cacería y regresó cargando ¡el cuerpo de un venado rojo! Al entregárselo al
venado blanco éste lo preparó, pero no probó bocado y aquella noche no durmió
pensando en que el tigre podría devorarlo.
Al día
siguiente tocó al venado salir a buscar la comida. Halló un tigre más grande
que su compañero y, con la ayuda del oso hormiguero, lo capturó y lo llevó a
casa. “Mira”, le dijo al tigre negro, “aquí está la comida”. El tigre negro
cocinó la carne, pero no la probó. Cuando oscureció tanto el tigre como el
venado temblaban pensando en el ataque del vecino. Accidentalmente el venado
golpeó la pared de su cuarto. El tigre reaccionó con un rugido. Ambos creyeron
que la guerra había comenzado y salieron huyendo. La choza quedó abandonada y
fue ocupada por un grupo de monos.
En la noche, otra vez a la intemperie, el tigre negro pensaba
“¡Tan sencillo que hubiera sido conversar y ponernos de acuerdo, ahora que yo
estaba pensando volverme vegetariano!” El venado blanco, vagando bajo la lluvia
también reflexionaba: “extraño al tigre. Hubiera sido increíble vivir juntos y
reunir a nuestras familias… Ahora tendremos que empezar de cero”.
—Adaptación de la leyenda guaraní del mismo nombre incluida por
Ciro Alegría
en el libro Leyendas
y fábulas latinoamericanas.
Fuente
de información
2 comentarios:
Realmente el diálogo es uno de los valores, que nuestra sociedad actual está perdiendo, y de ahí que existan y se mantengan muchos problemas que gracias a él se podrían solucionar.
Hay que dialogar, si se puede cara a cara, pero si no es posible utilizando las nuevas tecnologías, como es este blog o los múltiples foros de la red
graciaaaaaaass!!! x ayudarme en mi tarea de vdd muchaaasss graciaaaaaaaaaaaaaasss!!!! te adoro
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