miércoles, 16 de mayo de 2012

EL VALOR DEL DIÁLOGO




 Los Valores y los cuentos 

El valor del Diálogo



 Tu voz y mi voz


Una de las más sorprendentes facultades de los seres humanos (y de nuestros parientes cercanos, los mamíferos) es la posibilidad de comunicarse y darse a entender. Para ello contamos con distintos recursos como nuestro idioma (lenguaje verbal), pero también con el lenguaje no verbal (gestos y expresiones corporales). Estos recursos nos permiten manifestar nuestras ideas, deseos e intenciones y conocer los de los demás. Sin embargo, no siempre hacemos el mejor uso de ellos. Las conversaciones pueden volverse superficiales y un poco tontas, como si fueran puro ruido. No escuchamos con atención a los demás y a veces tememos decir lo que sentimos. El valor del diálogo consiste en pensar con inteligencia y cuidado lo que vamos a decir, en abordar temas importantes para nuestra vida, escuchar atentamente a los otros y hacernos oír por los demás. Las metas más importantes del diálogo son la paz, la concordia, la comprensión y la solución de conflictos.


El extremo opuesto


La actitud contraria al diálogo es la incomunicación. Ésta provoca una sensación de aislamiento en las personas porque no pueden compartir con los demás lo que sienten o necesitan. Por otra parte, impide que las gentes se conozcan tal y como son, por lo que viven en una permanente soledad. La incomunicación impide realizar proyectos comunes y resolver conflictos. En los casos más graves genera tensiones que, con el tiempo, pueden tener serias consecuencias que van desde el divorcio (cuando los miembros de una pareja no se comprenden), hasta una guerra (cuando una nación no escucha las razones de otra).

Para la vida diaria


1. Usa el diálogo para solucionar dificultades de todos los tamaños. Cuando tengas un problema o necesites tomar una decisión primero piensa y después dialoga. Si tu problema es con otra persona invítala a conversar y encuentra una base común sobre la que pueden ponerse de acuerdo. Si tu dificultad es con respecto a una situación o conflicto individual solicita la opinión de un amigo de confianza e intercambia ideas con él. Prefiere siempre a los más inteligentes y mejor informados.
2. Usa el diálogo para elaborar propuestas creativas. No sólo es un recurso para remediar problemas, sino también para iniciar nuevas empresas. Trata de planear actividades en equipo, explícales a las personas participantes tu propia visión y escucha la visión que tienen ellas. Traten de conseguir planes o conclusiones con los que todos se sientan satisfechos y representados.
3. Haz que la gente hable. Promueve el diálogo en los espacios donde se desarrolla tu vida. El principal de ellos es el hogar. Existen “familias silenciosas” en las que todos guardan para sí sus enojos, ilusiones, planes o problemas; ello genera una peligrosa presión. Invita a tus familiares a expresarse libremente como una práctica habitual. Fijen una cita semanal para hacerlo.


¿Ya lo pensaste?


Una conversación común es espontánea y no requiere mayores estrategias. Un diálogo formal que busca construir soluciones tiene mayores requisitos. El profesor Pedro de los Ángeles plantea estas reglas:
1) Fíjate en lo que quiere el otro. Distingue su intención y evalúa su interés.
2) Deja hablar al otro. Escúchalo con atención, no lo contradigas, reconoce sus verdades y hazle preguntas.
3) Pídele que te demuestre lo que está diciendo.
4) Hablen del tema preciso. No se distraigan tratando otros asuntos.
5) Comparte estas reglas con la otra persona para que las siga contigo.
6) Si llevan mucho tiempo dialogando y no llegan a un acuerdo, esperen un poco e intenten de nuevo. Recuerda: no se valen groserías, gritos o manotazos.

Para entender el diálogo


Los especialistas en zoología han descubierto que los animales cuentan con formas especiales de comunicarse. Los prodigiosos delfines emiten sonidos especiales que viajan por el agua y transmiten datos sobre su ubicación y eventuales peligros. Sin embargo, ninguna especie cuenta con un lenguaje tan amplio y desarrollado como el género humano que dispone de miles de palabras y estructuras gramaticales para intercambiar información, expresar estados de ánimo y crear poemas de sonido musical, entre muchas otras opciones. La más elevada y valiosa de ellas es el diálogo: la conversación para construir acuerdos, resolver conflictos y relatar experiencias. No importa qué problema tengas, la comunicación con las personas adecuadas siempre te ayudará a resolverlos. Nunca te quedes callado, pero recuerda que el diálogo también tiene reglas: usar un tono correcto, respetar a la otra persona y pensar lo que vas a decir. Aprende a escuchar a los demás, considera lo que dicen y admite sus opiniones cuando te parezcan razonables. Si descubres que algo que afirmaste es incorrecto, acéptalo con valor y humildad.


Un mensaje para los padres

Que los hijos hablen

Los padres de hoy enfrentan diversas preocupaciones en relación con sus hijos. Sin embargo, varios de los problemas que éstos sufren les pasan inadvertidos por falta de comunicación. Entre ellos pueden mencionarse asuntos tan serios como la adicción a drogas, la violencia escolar, el abuso o trastornos de autoestima. La aproximación común en forma de interrogatorio solemne suele ser improductiva. La mejor manera de detectar y prevenir estos conflictos y fortalecer el vínculo familiar es una conversación abierta y constante: permitir que los chicos hablen como una costumbre cotidiana, oír con paciencia sus experiencias, temores e ilusiones y ofrecer respuestas a sus preguntas. Hay que evitar el tono de juicio que sólo inhibe sus expresiones y rompen la confianza.

Problemas reales, soluciones de valor

Alto a los chismes

La palabra “chisme” es tan común en nuestra vida diaria que ni siquiera nos fijamos en ella ni reconocemos su poder destructor. Un chisme es una murmuración, la difusión de un rumor o noticia falsos que tienen por objeto perjudicar a una persona y dañar su prestigio. En otro sentido, buscan deteriorar las relaciones humanas provocando enfrentamientos y divisiones que pueden tener consecuencias negativas. De esta manera, los chismes representan el extremo contrario de un diálogo frontal, sincero y abierto entre amigos y familiares. Por los grandes perjuicios que pueden provocar hay que combatirlos de todas las formas posibles. Si una persona te desagrada, simplemente evita hablar de ella. Si alguien se acerca a ti para hablar mal de una tercera persona, no lo escuches. Si sabes que tú eres objeto de un chisme, busca a las personas responsables y conversa con ellas para quejarte de su acción.

Un mensaje para los maestros

Impulsar la comunicación

Como docente usted es responsable de fomentar una de las habilidades más importantes para el futuro de sus alumnos: la comunicación. Independientemente de la materia o materias que usted imparta, haga del uso del lenguaje un eje transversal del proceso educativo, mediante prácticas como el debate, la oratoria, la conversación y los juegos de palabras. Tenga siempre presente la dimensión escrita, pero enfatice especialmente la dimensión oral pues ésta permitirá a los alumnos cobrar mayor seguridad en sí mismos, expresar sus inquietudes a la familia y abrirse oportunidades profesionales. De ser posible, de vez en vez las tareas y los exámenes deberán presentarse en forma oral. Si en el aula algún chico tartamudea, tiene problemas de dicción o dislexia, hable con su familia y refiéralos con un terapeuta del lenguaje.

 

Un cuento para reflexionar:

Tigre negro, venado blanco

Un fabuloso tigre negro que habitaba la selva del Amazonas estaba cansado de dormir a la intemperie. Pensaba casarse muy pronto y, para casarse, hay que tener una casa. Por eso decidió construir una choza con todas las comodidades, a la orilla de un río. Pero no era el único que planeaba construir en ese lugar… Un delicado venado blanco tenía idénticos propósitos, ignorante de que por allí andaba una de sus mayores amenazas.
Una mañana, antes de que saliera el sol, el venado comenzó a preparar el terreno para construir y salió de paseo. En ese momento llegó el tigre, quien se sorprendió al ver que la superficie estaba lista y despejada para fincar. “Con seguridad Tulpa, el misterioso dios de la selva, ha venido a ayudarme”, pensó, y comenzó a trabajar con unos troncos que ya estaban cortados. Horas después, ya exhausto, se alejó de allí para descansar.
Al amanecer siguiente llegó de nuevo el venado y al hallar tan avanzada la obra también creyó que el enigmático Tulpa le había prestado ayuda. Le puso techo a la choza, la separó en dos habitaciones, y se puso a vivir en una de ellas. Por su parte, el tigre negro llegó más tarde y al ver la choza terminada, se instaló en la habitación situada junto al dormitorio del venado. Así transcurrió la noche. Ambos despertaron con sed y, al dirigirse al río para beber, se encontraron frente a frente y comprendieron lo que había ocurrido.
“Bueno”, dijo el venado, “esto ocurrió porque Tulpa quiere que vivamos juntos, ¡qué raro! ¿verdad? Y como todavía somos solteros podemos compartir esta choza ¿qué te parece?”. El tigre respondió: “Está bueno. Podemos dividirnos las tareas. Hoy a mí me toca ir por la comida.” El tigre salió de cacería y regresó cargando ¡el cuerpo de un venado rojo! Al entregárselo al venado blanco éste lo preparó, pero no probó bocado y aquella noche no durmió pensando en que el tigre podría devorarlo.
Al día siguiente tocó al venado salir a buscar la comida. Halló un tigre más grande que su compañero y, con la ayuda del oso hormiguero, lo capturó y lo llevó a casa. “Mira”, le dijo al tigre negro, “aquí está la comida”. El tigre negro cocinó la carne, pero no la probó. Cuando oscureció tanto el tigre como el venado temblaban pensando en el ataque del vecino. Accidentalmente el venado golpeó la pared de su cuarto. El tigre reaccionó con un rugido. Ambos creyeron que la guerra había comenzado y salieron huyendo. La choza quedó abandonada y fue ocupada por un grupo de monos.
En la noche, otra vez a la intemperie, el tigre negro pensaba “¡Tan sencillo que hubiera sido conversar y ponernos de acuerdo, ahora que yo estaba pensando volverme vegetariano!” El venado blanco, vagando bajo la lluvia también reflexionaba: “extraño al tigre. Hubiera sido increíble vivir juntos y reunir a nuestras familias… Ahora tendremos que empezar de cero”.

 —Adaptación de la leyenda guaraní del mismo nombre incluida por Ciro Alegría
en el libro Leyendas y fábulas latinoamericanas.

 
Fuente  de información



2 comentarios:

LUIS dijo...

Realmente el diálogo es uno de los valores, que nuestra sociedad actual está perdiendo, y de ahí que existan y se mantengan muchos problemas que gracias a él se podrían solucionar.
Hay que dialogar, si se puede cara a cara, pero si no es posible utilizando las nuevas tecnologías, como es este blog o los múltiples foros de la red

Anónimo dijo...

graciaaaaaaass!!! x ayudarme en mi tarea de vdd muchaaasss graciaaaaaaaaaaaaaasss!!!! te adoro