miércoles, 27 de junio de 2012

EL VALOR DE LA IMAGINACIÓN

  Albert Einstein afirmó:
 “En los momentos de crisis,
  sólo la imaginación es más importante
  que el conocimiento”.

 En estas palabras se concede valor a la capacidad de diferenciarse, de ser creativos, en definitiva, de ver las cosas desde un punto de vista diferente; en una época en la que se ha de replantear un poco todo y en el que casi todo el mundo parece estar un tanto agobiado pensando en qué puede cambiar para mejorar y sobrellevar los momentos difíciles que estamos viviendo.

Cambiar las cosas no es trivial, y por tanto no es fácil, porque solo algunos consiguen el éxito, cejando muchos en el intento.

Por tanto, el contar con una persona imaginativa, puede ayudarnos a detectar la necesidad de cambiar ciertas cosas o simplemente a apreciar los problemas desde un punto de vista diferente.

La imaginación es aquella facultad que nos permite representar en nuestras mentes las imágenes de las cosas tanto reales como de las ideales. La imaginación consiste en un ejercicio de abstracción de la realidad actual y en ese supuesto es donde mayormente se darán las soluciones a necesidades, deseos, preferencias, entre otras cuestiones. Las soluciones serán más o menos realistas de acuerdo a las posibilidades que tiene aquello imaginado de ser real o razonable.

Si aquello imaginado es fácilmente asequible, entonces, se llamará inferencia, pero si por el contrario no lo es, se denominará una fantasía.

La imaginación, cumple un rol fundamental y determinante en la comprensión de la vida. Podemos entender y comprender objetos, relaciones y sacar más o menos un juicio de valor aproximado y si no tuviésemos esa posibilidad, decididamente se nos haría más cuesta arriba actuar en la vida.

Imaginar es percibir mentalmente, tener una idea sobre algo que no está presente realmente. O sea, cuando imaginamos transcendemos la experiencia con sus datos y hechos. La imaginación permite a la mente un estado de apertura que genera fluidez, flexibilidad y ampliación de la capacidad creativa.

La imaginación deforma, reforma y transforma las imágenes percibidas. Los sueños (dormidos o despiertos), los cuentos, las leyendas, los mitos, el arte, los juegos tradicionales con sus símbolos y ritos son hijos del imaginario colectivo.

La “identidad cultural” es una expresión de un imaginario social compartido por un determinado grupo.

Kant, Hegel o Sartre  vieron la imaginación como creadora y constructiva,

* La imaginación se apoya en la experiencia, o sea construye siempre con elementos tomados del mundo real.

* La experiencia se apoya en la imaginación, o sea nuestra imaginación ayuda en el conocimiento de la realidad.

* Los sentimientos influyen en la imaginación y la imaginación influye en los sentimientos.

* Hay una lógica interna en la imaginación. No es que la imaginación sea contraria a la lógica, sino que hay una lógica imaginativa que constituye su fuerza y su verdad desde su interioridad.

Hay distintas formas de imaginar: fantasear, concebir, inventar

Todas ayudan al perfeccionamiento del pensamiento creativo; algunas pueden colaborar en la mejoría de la realidad concreta y, en cambio, otras pueden servir sólo como válvula de escape. Concebir puede darse en cualquiera de esas direcciones, porque implica creación y elaboración de algo. Fantasear es un acto que nos mantiene en el mundo imaginario, mientras inventar puede tanto mantenernos en ese mundo como conducirnos a la vida concreta.

Los niños necesitan distintas actividades de percepción de sí mismos y en general la educación infantil ya se encarga de hacerlo. Pero… la expresión “proyección del yo ideal” suena demasiado para niños tan pequeños, por lo tanto hay que adecuar lo que se está diciendo a lo que se puede lograr con ellos. Se trata de estimularlos a descubrir “quiénes son”, mientras aprenden a preguntarse “quiénes quieren ser”. Por ejemplo: si se ven a sí mismos muy “movidos”, la cuestión es ayudarlos a ver si les gusta ser así y si quieren seguir siendo así. Pero no se trata de forzar nada, sino de matizar la percepción de uno mismo con esta importante actitud de imaginación ética que es la proyección del yo ideal.

 A través de los juegos y las actividades lúdicas los niños podrán experimentar esa autopercepción y proyección de la que hablamos. Hay que recordar que en la etapa infantil se automatizan hábitos, lo que significa repetir actividades, que en este caso serán de autopercepción, autoconocimiento y proyección (imaginación del yo que les gustaría ser). Trabajar con esta actitud ética como un hábito a ser formado es muy importante.

¡Ojalá cada adulto de hoy hubiera podido tener como hábito, desde niño la autopercepción, el autoconocimiento y la proyección de sí mismo!


Soñar futuros posibles y proyectar un mundo ideal es una importante actitud de imaginación ética en lo que a la relación con el otro y con el entorno se refiere.

Se trata de no aceptar las incoherencias y las injusticias de la sociedad como una realidad inmutable. Imaginar futuros posibles es un ejercicio de la libertad humana que ayuda en la creación del mundo.


Carl Sagan nos ayuda a relativizar el valor de la imaginación que por su característica intrínseca muchas veces nos guiará por caminos  ilusorios y por la especulación de mundos que solamente podrán tener su existencia en la propia imaginación. Pero sin ella perdemos esa apertura mental necesaria para seguir buscando y abriendo caminos mentales y reales. Sin ella nos oxidamos y volvemos el mundo más rígido de lo que necesita ser, mientras perdemos nuestra flexibilidad y nuestra fluidez para seguir creando mundos posibles.

Paulo Coelho afirmó “Cada quien vive en el mundo que es capaz de imaginar”.

La complejidad del siglo XXI pide que nuestros niños imaginen mejores mundos posibles, a la vez que necesita que mantengamos viva nuestra capacidad de CREAR MUNDOS.



Para los padres

Os proponemos  una serie de actividades que podéis realizar con vuestros hijos este verano y que favorecen el  desarrollo de  La Imaginación
1. Utilizar preguntas que el  niño responda de forma variada y que después dibuje de diferentes formas:
-Si fueras mariposa ¿Qué colores te gustaría que tuvieran las alas?
-Si solo existiera en el mundo …. (cualquier objeto cercano a su entorno)  ¿Cómo serían?
-Si te regalan una maquina que hace regalos ¿Cuáles de ellos escogerías?

2. Leer con ellos diferentes cuentos niños y pedirles luego que dibujen lo que quieran sobre él.
3. Dar frases para que el niño pueda hacer volar la imaginación, donde pueda crear y plasmar deseos que puedan ocurrírsele y que solo la fantasía y la imaginación logran hacerlo realidad:
-Esta varita mágica te concederá el deseo más grande de tu vida. ¿Cúal?
- Si pudieras irte de viaje a un sitio en el que nunca has estado, como sería ese sitio, cómo podrías hacer amigos, qué 3 cosas te llevarías…
- ¿Cúal es el mejor pensamiento que has tenido?

4. Dar diversos materiales para que el niño pueda experimentar las diferentes sensaciones que cada uno produce y donde puede observar, además los resultados que le brinda cada uno: Dejarles trabajar en diferentes ocasiones con pintura, masa hecha con harina y agua, arcilla, barro… dejarles que hagan un trabajo artístico sin miedo a que se manchen o pringuen.
5. Suministrar al niño una hoja que tenga una línea, un punto o un detalle pintado que no signifique nada, pero que partiendo de ahí, el niño pueda inventar o crear un dibujo o una historia.
-Presentarle una hoja con varios puntos pintados y decirle: A esta hoja le cayó pintura ¿Qué podrías dibujar en ella?
-Esta es una niña y esta llorando ¿Qué podría haberle pasado dibuja lo que pienses?

6. Dar frases o ideas que lleven al niño a imaginarse toda clase de cosas y sobre todo, que a partir de ellas se ingenie mil ideas.
-Estás en la selva y te pierdes ¿Qué harías?
-Si vivieras dentro de una caja (botella, canoa, nido de pájaro...) qu harías.
Para los niños más pequeños

El artesano Serafín
El artesano Serafín puso un enorme cartel frente a su nido, que decía: "ARQUITECTO SERAFÍN", construye su casa a la medida.
Enseguida corrió la noticia entre todos los habitantes del bosque y sus alrededores.
Emilia, la nutria que vivía junto al río, fue la primera en encargarle una casa nueva porque ya estaba cansada de que se le inundara la suya cada vez que crecía el río. Y por eso le pidió a Serafín que le construyese otra mejor.
Serafín, que era un gran arquitecto, se puso a trabajar: primero hizo muchos cálculos, después los planos y por último, ¡una casa junto al agua y a prueba de inundaciones!
Emilia estaba requetecontenta con su nuevo hogar: era de madera, sobre cuatro patas y con una escalera.
Claro, con una vivienda tan alta, por más que creciese el río, ¡nunca podría alcanzarla!
También el puma Matías quiso una casa mejor porque, durante el invierno, la cueva donde vivía era muy fría y húmeda.
Entonces Serafín le construyó una cabaña de lujo, al pie de las sierras, con paredes de piedra, resistentes a cualquier tormenta y una estufa de leña con una chimenea, para que las noches de invierno no fueran tan frías. Matías podría dormir tranquilo, aunque cayera mucha nieve.
Y Serafín se hizo tan, pero tan famoso, que un día recibió una carta nada menos que, ¡del Polo Norte! Carolina la foca, le encargaba una casa.
Esta vez, el artesano tuvo que consultar un enorme libro, muy morrocotudo, para saber cómo se edificaban las viviendas en lugares tan, pero tan requetefríos como el Polo.
Por suerte, la explicación era clara: tenían forma redonda, se hacían con bloques de hielo y se llamaban "iglúes".
A Serafín le parecía muy extraño. Él había trabajado con ladrillos, piedras, madera y también adobe, como en su nido, ¡pero nunca con hielo!
A pesar de todo, puso manos a la obra y construyó un bonito "iglú", igualito al de la foto que mostraba el libro importante y morrocotudo.
También fabricó un cajón de madera muy grande para meterlo dentro y enviar el iglú al Polo Norte.
Los amigos de Serafín lo acompañaron al puerto y todos juntos despacharon el gran cajón, con una etiqueta que decía: Sra. Carolina la Foca; de parte de Serafín, el artesano arquitecto.
El viaje fue muuuy largo y el barco pasó por lugares donde hacía muuucho calor. Y fue por ahí donde el iglú se derritió... y el agua se escurrió entre las maderas del cajón... y el cajón... ¡quedó vacío!
Por, eso, cuando Carolina la foca recibió el cajón vacío, exclamó entusiasmada:
-¡Pero qué moderno! ¡Un iglú cuadrado y de madera! -y muy contenta se instaló dentro.
Todos los pingüinos y focas del Polo, fueron a admirar el raro iglú "último modelo" de la foca Carolina.

Para los no tan pequeños
Un toque de imaginación, magia, realidad, ficción... pero siempre: con MUCHO SENTIDO DEL HUMOR


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